lunes, 13 de junio de 2016

Análisis volumétrico




 Las valoraciones incluyen a un numeroso grupo de procedimientos cuantitativos que se basan en la medida de la cantidad de reactivo de concentración conocida, que es consumida por un analito
Una valoración volumétrica (o titulación) consiste en la medida del volumen de una disolución de concentración conocida necesario para reaccionar completamente con el analito.

  Una valoración gravimétrica es el mismo principio solo que se mide la masa del reactivo en lugar del volumen.
 En una valoración coulombimétrica el reactivo es una corriente eléctrica de magnitud conocida que consume el analito. 
  Lo que se mide, es el tiempo necesario (y por tanto la carga total) para completar la reacción electroquímica.  
  La palabra titulación viene del francés titre, que significa rango o grado. 
 La volumetría nació en Francia a finales del siglo XVII y se mantuvo como una técnica aplicada solo en ese país por más de 150 años. 
  El inicio de la implementación de la técnica fuera de la escala de laboratorio se da con el desarrollo de la primera bureta por François Antoine Henri Descroizilles en 1791.

La primera bureta fue llamada el berthollímetro y se usaba para medir la concentración del agua de cloro.
La llamó así en honor de Claude Louis Berthollet, quien desarrolló el método de cuantificación.
La técnica se usaba en las fábricas de blanqueamiento de telas porque un exceso de cloro deterioraba los tejidos.

  La bureta fue llamada con el tiempo como “clorómetro” pues  medía el grado clorimétrico o grado de Descroizilles.
  Más tarde, basándose en el método de álcalis de Louis-Nicolas Vauquelin, modificó su diseño, dando lugar al alcalímetro.
 Ya a principios del siglo XIX extendió el uso de la titulación al grado de acidez en los vinos y el vinagre con el acetímetro.


Joseph Louis Gay-Lussac desarrolló una versión mejorada de la bureta que incluía un brazo lateral.
Además, acuñó en 1824 los términos “pipeta” y “bureta” en su artículo sobre la estandarización de solución de colorante índigo.

 


La gran popularización del análisis volumétrico se debe a Karl Friedrich Mohr que rediseñó la bureta, colocando un cierre con pinza y una cánula de vertido en el extremo inferior.
Además escribió en 1855 un libro sobre su uso para diferentes elementos denominado: “Manual sobre métodos de titulación en química analítica”. 

.Principios generales
  Un método de análisis volumétrico se basa en una reacción química como:
 Donde a represente las moléculas del analito A que reaccionan con t moléculas del reactivo T.
El reactivo T, denominado titulante, se adiciona por lo general, con una bureta, en forma creciente como una solución de concentración conocida.


Al titulante se le conoce también como solución estándar o patrón pues su concentración debe determinarse  mediante un proceso de estandarización.
La adición del titulante es continua hasta que se ha añadido una cantidad de T químicamente equivalente a la de A.
  El punto final de la valoración se aprecia por un cambio brusco de alguna propiedad del sistema reaccionante.
  Se dice entonces que se ha alcanzado el punto de equivalencia en la titulación.
 Para saber cuándo detener la adición de titulante se usa una sustancia química llamada indicador, que cambia de color cuando hay un exceso de titulante.
  Este cambio puede o no ocurrir en el punto de equivalencia exacto.
  Al momento en que el indicador cambia de color se le denomina punto final de la titulación.
 Se debe seleccionar el indicador para que el punto final esté lo más cerca posible del punto de equivalencia.
 La diferencia entre los dos puntos se denomina error de valoración y es prácticamente inevitable.
 El volumen del reactivo necesario para completar la reacción se determina por diferencia entre las lecturas inicial y final.
El error de valoración se puede estimar con una valoración de blanco.
v  Consiste en realizar el mismo procedimiento pero sin el analito.
El volumen utilizado se resta del volumen observado en la valoración analítica.
v  En ocasiones, es necesario añadir un exceso del valorante patrón y luego determinar tal exceso mediante una valoración por retroceso con un segundo valorante patrón.
 E.g. El fosfato en una muestra se puede determinar agregando un exceso medido del patrón de nitrato de plata a una disolución de la mezcla.



 Aquí, la cantidad de nitrato de plata es químicamente equivalente a la del ion fosfato más la de tiocianato empleada en la valoración por retroceso.
  Para que un proceso sea susceptible de ser aplicado en un método volumétrico debe cumplir con un cierto número de exigencias: 
 La reacción entre el constituyente buscado y el reactivo debe ser sencilla.
v  La reacción debe ser estequiométrica.
La reacción debe ser rápida para que la valoración pueda hacerse en poco tiempo.
La reacción debe ser completa en el momento en que se han añadido cantidades equivalente de las sustancias reaccionantes. 
 Debe disponerse de una solución patrón como reactivo valorante.
Debe existir un indicador que señale el punto final de la valoración.

Patrón primario
 La validez de un resultado depende de que se sepa la cantidad de uno de los reactivos usados.
  La concentración del valorante se conoce si fue preparada disolviendo una cantidad conocida de reactivo puro en un volumen conocido de disolución.
En tal caso, el reactivo es llamado un patrón primario porque es suficientemente puro para ser pesado y usado directamente.
  Los requisitos más importantes para un patrón primario son:
  Alto grado de pureza; y debe contarse con métodos establecidos para confirmar la pureza.
  Estabilidad atmosférica.  Ausencia de agua de hidratación, por que la composición del sólido no debe cambiar con la humedad. 




 Costo moderado.
 Solubilidad razonable en el medio de valoración.
Masa molar razonablemente grande para que se minimice el error relativo al pesarlo.
  De hecho hay muy pocos compuestos que cumplan estos criterios y son todavía menos los disponibles comercialmente.
 Pueden usarse compuestos menos puros después de someterlos a un análisis minucioso; se les llama patrones secundarios.


Disoluciones estándar
  De muchos valorantes, como el HCl no se dispone de un patrón primario.
En su lugar se usa una disolución que tiene aproximadamente la concentración deseada y se valora con un patrón primario.
 Por este procedimiento llamado estandarización  se determina la concentración del valorante destinado a un análisis.
Se dice que el valorante es entonces una solución estándar
 Además:
 Reaccionará de manera más o menos completa con el analito de modo que se obtengan puntos finales satisfactorios.
Experimentará una reacción selectiva con el analito que se puede describir mediante una ecuación ajustada. 
 La exactitud de una valoración no es mayor que la de la concentración de la disolución patrón empleada en la valoración 
Las reacciones químicas que pueden servir de base para las determinaciones volumétricas se encuentran agrupadas en cuatro tipos:
 




Esta reacción es la base del llamado método de Liebig para la determinación de cianuro.
 El punto final de un valoración se detecta mediante un cambio brusco de alguna propiedad de la mezcla reaccionante o de alguna sustancia que se añade a dicha mezcla.
 En general la acción de los indicadores indican el punto final de la valoración, ya sea en una observación visual del cambio o bien, mediante la medición de alguna propiedad física del sistema.


Indicadores – Métodos visuales
El reactivo es autoindicador.
 Por ejemplo, el permanganato de potasio se reduce a ion manganeso (II) casi incoloro cuando se usa como reactivo volumétrico en medio ácido.
Cuando se completa la reacción redox, la primera gota que se añade en exceso le da un color rosado a la disolución.
Indicadores ácido-base.
 Son ácidos o bases débiles, cuyos aniones o cationes tienen color diferente que las formas sin disociar.
  Los indicadores son ácidos o bases más débiles que los que se valoran o los que se usan como valorantes.
Los indicadores no reaccionan de forma permanente con el valorante hasta que la reacción principal no es completa.
Deben indicar el cambio de pH en la cercanía del punto de equivalencia de la reacción de neutralización principal.
  Indicadores redox.
 Son sustancias intensamente coloreadas, capaces de sufrir oxidación o reducción a potenciales característicos.
Deben elegirse de forma que los potenciales sean muy cercanos a los valores de la FEM principal para que un débil exceso de reactivo reaccione con el indicador.

 Formación de productos solubles de color diferente.
 En el método de Volhard para la determinación de Ag, se utiliza como reactivo una solución de tiocianato y como indicador una sal férrica.
 Cuando el ion plata está totalmente precipitado en forma de AgSCN (blanco) la próxima gota origina un color rojo.



 Desaparición del color de la sustancia que se valora.
  En la determinación de cobre por valoración de la disolución cúprica amonical con cianuro, el punto final se aprecia por la desaparición del color azul intenso del Cu(NH3)42+.
 El producto de la reacción es incoloro:




Formación de un segundo precipitado de color diferente del precipitado principal.
  En el método de Mohr para valorar cloruro se usa como indicador el cromato potásico.
Cuando se completa la precipitación del AgCl (blanco) se forma el cromato de plata




  Titulaciones en retroceso
En una valoración directa, el valorante se añade al analito hasta completar la reacción.
 En una valoración por retroceso se añade al analito un exceso de un reactivo estándar y se usa un segundo reactivo estándar para valorar el exceso del primer reactivo.
  Se usan cuando el punto final de la valoración por retroceso es más claro que el de la valoración directa.
También cuando se necesita un exceso del primer reactivo para llevar a cabo por completo la reacción con el analito.

Alícuotas y diluciones
  En ocasiones el analista pesa una muestra grande del estándar primario o una muestra desconocida y la disuelve en un matraz.
Posteriormente toma una porción conocida de esta solución, a esta se le llama alícuota.
Una alícuota es una parte de la totalidad, por lo general pequeña.
A este proceso de diluir a un volumen conocido y tomar una porción para titularla se le llama toma de una alícuota.


 Bibliografia:

C.Harris, Daniel Análisis químico cuantitativo. Ed. Reverté. 3º Edición.


AYRES, Gilbert H.  Análisis Químico Cuantitativo.  México: Harla, 1982.

Créditos:


Dr. Rafael Manuel Rios Vera



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